jueves, 9 de noviembre de 2017

¿Hormigas? Las justas...



Son muchas temporadas de EL HORMIGUERO. Infinitos los rostros conocidos, premios y minutos de oro que acumula. Poco se podía esperar cuando comenzó en las sobremesas del fin de semana de Cuatro, pero un equipo bien engrasado y el buen rollo como filosofía enamoró a la audiencia. A muchos, audiencias mediante, entre los que no me encuentro. Y sé el motivo, ¡no soporto a Pablo Motos! Recuerdo que animaba mis tardes adolescentes desde la radio, junto a Julia Otero. Entonces me parecía gracioso. Con la fama y un show a su medida me resultó insufrible. Su pose de colega, esas preguntas fuera de lugar, los dejes de pseudo-macho alfa, ese continuo pasaba por allí tan ensayado. Todo en él me chirría. Admiro la capacidad de liderazgo, porque como productor ha sabido rodearse muy bien y construir un formato que conecta con pequeños y mayores. Aunque si tengo que juzgarlo como comunicador reconozco mi tirria. Tanto que me cuesta sentarme a ver el programa y lo hago en contadas ocasiones, en las que el invitado/a me interesa mucho, mucho. Entonces vuelvo a darme la razón, cuando pierde oportunidades de entrevistar a alguien con mucho contenido y se queda en la bobada. Asumo que no hay un espacio similar en la parrilla, de ahí que los estrellones mediáticos se peleen por aparecer en su plató. Aplaudo los juegos con el público, recuperando a los anónimos con fuente de momentazos. En el mítico UN, DOS, TRES los concursantes asumían mucho peso en el desarrollo del espectáculo y cuando ocurre esto entre el hormigueo cotidiano se agradece. Como algunas secciones, entre lo insólito y lo original. Especialmente dando a la Ciencia un hueco catódico de lo más interesante. Aunque no entiendo esa pasión por el modelo de guapa que lee el guion y suma gracietas. Surrealista el papel de una Pilar Rubio que no acaba de encontrar brillo propio. Bordará sus retos, pero se queda en una starlett vacía de contenido.

El más difícil todavía es una máxima que suelen cumplir, apostando por la innovación y crear personajes. Las propias hormigas son un ejemplo, consiguiendo que un elemento de trapo tenga universos infinitos y un cuantioso rendimiento económico. Me gustan Juan y Damián, con genialidades en plano sin efectos de voz. Ernesto Sevilla es hilarante, en perfecta suma con los cameos de Joaquín Reyes y esos trailers sin pies ni cabeza, pero maravillosos. El Monaguillo chilla por encima de sus posibilidades. Jandro tiene una sensibilidad especial con los peques y su pasión mágica traspasa la pantalla. Que el señor Jorge Salvador esté en su taburete cual abuelo que mira la obra es un guiño que me parece innecesario. Marta Hazas es pura luz, aunque tiene talento para más. Ana Morgade cae en sus excesos, cero natural. Que sustituyera a la Simón es un misterio sin resolver, perdiendo una n en el nombre. Mónica Cruz hace honor a su apellido. ¿Falta alguien? Aquí en seguros sociales tienen un pico. Marron tiene que aprender a vocalizar y el chico de los deportes de riesgo controlar esa sonrisa. Yi Bing hace mucha gracia al presentador, pero una vez vista suficiente. Seguro que me dejo a alguien, con semejante elenco es normal que el gallo del corral esconda muchas de sus debilidades. Que las tiene, por mucho que se frote consigo mismo.  

¿Es el precio del éxito? Quizá de la ausencia de competencia. Lo de la pública es un despropósito. Por su parte, Mediaset no sabe con qué acertar en el access, especialmente en Telecinco, donde los tumbos de unos días y otros resultan insólitos. En Cuatro parece que FIRST DATES se ha consolidado con el cupidismo gastro-voayer. Querido Paolo, a ver si sacas a jugar a algún titular y diseñáis un guante de garantías. Se habla de un bloque informativo con Isabel Jiménez, pero yo optaría por un talk-show divertido, con una cara que arrastre a lo Ellen DeGeneres. Ahí dejo mi propuesta. Sin duda, el motor de Motos se debilitaría. Y así sacaría a pasear su mejor versión… si es que la tiene.

# SÍ · Su vídeo de bienvenida, cada nueva temporada, es un ejercicio creativo impagable. Dado el nivel de invitados se suman rostros de primer nivel que entran al juego y logran un resultado genial.

# NO · Pablo NO me vende la moto.

martes, 24 de octubre de 2017

'OT' no cruza la pasarela



El tiempo vuela y, a la vez, los hábitos de consumo mediático. Hace dieciséis años nos enamoramos de unos jóvenes inocentes, que con mayor o menor talento artístico, representaban el sueño de vivir, en carnes propias, una auténtica OPERACIÓN TRIUNFO. El formato revolucionó por incluir la convivencia como elemento de enganche. Vivimos el día a día de los muchachos encerrados en la Academia, aplaudimos el rizo cerrado de Nina, los tonos en su sitio de algunos invitados, los romances (escondidos o no). Fue una gallina de los huevos de oro con discos que vendían como churros las grandes superficies. La élite musical protestó por la grandilocuencia de los recién llegados, pero la pataleta sirvió de poco. Lograron un éxito sin (casi) precedentes. La historia posterior es por todos conocida. Los golpes de realidad fueron desiguales, con la pobre Rosa como la peor parada del invento. Hace unos meses ella y sus compañeros se reencontraban ante la mirada millonaria de la audiencia. Entonces, sin haberse ejecutado la cobra, los mandamases pensaron que era buen momento para retomar el programa. Su paso por la privada del rosa chillón se quedó un tanto descafeinado cuando decidieron poner de presentadora a una Pilar Rubio, de lo más limitada. El caso es que anoche, salvando la introducción, llegó el momento de convocar ante el televisor a los más nostálgicos. Esos que se estudiaban las galas, incluso sumaban absurdeces del merchandaising. La campaña previa en redes, con visionados de la virginal edición, ha estado bien construida, aunque parece que ha sido insuficiente. El 19% de share en una noche de estreno así lo refleja. Sin duda, la duración eterna de esta noche debutante fue un lastre. Parecía que la competencia de última hora con LA QUE SE AVECINA podía serlo, pero se quedó en un segundo puesto, lejos de sus datos gloriosos.

El inicio en exteriores, con fallos de sonido y un Roberto Leal hecho un flan no era el impacto esperado en un resurgir. Quizá un guiño de los memorables Bisbal y compañía hubiera conectado con esa esencia de show emocional. Optaron por un fatídico vídeo de casting, eterno y a destiempo. ¿Nadie pensó en un punch que atrapara? Para cuando acabó el repaso a la selección más de uno había bostezado en bucle. Siempre con un pensamiento, el mismo que yo me repetía: «¡Nunca será igual!». Eso sí, me gustó el momento ascensor de la decisión final y me resultó curioso que eliminaran a la chica que podía recordar a Rosa, en versión ELECTRODUENDES. La comparación hubiera sido demasiado obvia. La cabecera muy neón y con la música original me gustó. Entonces entro ella. Mónica Naranjo. La mujer. La diva. La arista. La miembro del jurado. Su actuación grabada, pues una femme fatale como ella no se cambia en un pliqui y lo sabemos, fue un inicio bestial por la voz de la pantera de Figueres. Eso sí, estaba pasada de luces. Como su ídolo, esto fan, me despertó ganas de espectáculo. Otra cosa es que piense que era una concesión muy fácil el que ella abriera la noche. Lo suyo hubiera sido apostar por un nombre internacional que impulsara la máquina. La expectación por descubrir el plató dio paso a la decepción. En pantalla resulta más pequeño de los anteriores, especialmente el espacio reservado a las actuaciones. Mucho led y geometría, pero poca chicha escénica. El giro de las zonas de mesa y sofás se queda pobre. La muchedumbre de público está muy perdida, cuando podían sacar más partido a semejante gentío.  

Del triplete en juicio me quedo con el consejo de la Naranjo sobre el ego, precisamente viendo de su yoísmo, aunque es bueno que los chiquillos lo guarden en los bolsillos. Y sí, metió la pata y el colectivo que la aupó puso el grito en el arcoíris cuando heteronormalizó sus comentarios. El desconocido Ji-Joe se proclamó guardián de la música en sus intros tan poco naturales, mientras el hijo Raphael y Natalia Figueroa sacaba pelo en pecho. Sus comentarios técnicos fueron pedantes. Incluso el tono y los chascarrillos tan guionizados. Feo que se viera la cinta aislante que sujetaba sus micrófonos. El del maestro de ceremonias estaba en su sitio, pero él no siempre. Mejoró según pasaron las horas (¡qué remedio!) y desplegó buenas actitudes. Desde luego, hoy en día Carlos Lozano haría el ridículo. A todo esto, la primera actuación fue a las 23:00 horas y no nos tenían enganchados. Porque lo que habíamos visto de los aspirantes eran muchos derroches vocales y un buen rollo chirriante. Amén de unos estilismos horribles, de los que el equipo no quiso hacerse cargo al recalcar que los habían elegido ellos mismos. Eso sí, el del cuerpo de baile no fue mucho mejor. «¡Ya soy un triunfito!», gritó uno de los dieciocho, un gesto que sí remitía a eso que sabemos que fue algo histórico. Como habitual es que la mosca de la tele campe a sus anchas en los estudios, con manotazos en primer plano para aliviar su vuelo.

Las actuaciones fueron una mala madrugada de karaoke, con los temas elegidos por su enemigo. Más desafinados que Manel Navarro en su eurodrama. Lo del semitono por arriba de uno de ellos fue dantesco. En LA VOZ no pasan estas cosas y eso que sus audiciones están desnudas de opulencia. Reconozco que esta hornada tiene espontaneidad y muy fiel a diferentes estratos de la juventud. Los ensayos previos debieron ser insuficientes, tal y como han reconocido los profesores. La propia Noemí Galera les lanzó el zasca nada más llegar a su nuevo hogar y el primer visionado de debut ha sido grimoso.  Ni la pobre Rosa de España sirvió de revulsivo. Su discurso a trompicones era un lugar común de alguien que no abandona la mirada triste. Y qué decir del vestido de bodorrio con el que cantó su single. Fuera de contexto. El proceso de elección y duda fue algo pesado, como todo el desarrollo. Gracioso fue el desatino de Mario, uno de los perdedores, que repetía «¡Jolines, hay que tener de todo!». El carisma, muchacho, es insuficiente para cruzar la pasarela. Mucho tendrán que trabajar para que los telespectadores sientan esos vibratos, el color de sus voces y perdonen los falsetes. Yo, de momento, seguiré OTeándolo. 
                                                                                                                                                                   
# SÍ · Sin mucha parafernalia, con planos sencillos y declaraciones de intenciones. Así fueron las piezas que nos pusieron cara y nombres imposibles (muy de realities) a los cantarines.

# NO · Mucho anunciar la APP oficial para que fallara. Mala previsión.

miércoles, 18 de octubre de 2017

¡Marchando otro MasterChef!



La cocina siempre ha sido un elemento de éxito televisivo. Es cierto que las recetas de Arguiñano han evolucionado menos que sus chistes, pero los productores han sabido introducir elementos innovadores en otros formatos. El mejor ejemplo es MASTERCHEF, un talent culinario, basado en el entretenimiento como ingrediente principal. Cinco ediciones de anónimos con aspiraciones a cocineros de estrellas infinitas, otras tantas con pinches bajitos y dos con famosos en los fogones, atraídos por la cuota de pantalla y los cachés, demuestran que el público gusta de este particular plato catódico. Con motivo de su programa 100 aprovecho para compartir mi visión del programa, al que reconozco me enganché tarde. La coincidencia con otros enganches en la parrilla y la pereza por algunos de sus elementos más visibles me hacían posponer sin fecha un visionado en condiciones. Básicamente lo poco que había zapeado coincidía con ejercicios bordes y desairados del jurado. Cuando no con una entradilla forzada de su presentadora. Ahora que he consumido alguna temporada completa he de confirmar mi negativa respecto a las caras más visibles. Jordi, Samantha y Pepe me caen mal. Empatizo cero con ellos, sus bromas y considero que sus comentarios se pasan de tono. Supuestamente quieren enseñar, o esa sería su pretendida labor, pero consiguen un desapego importante. Ellos llevan el peso del show y justificarían la ausencia de la ‘maestra’ de ceremonias. Porque por muchos platós que lleve sobre sus tacones la que fuera Miss España no puede considerarse tal cosa. Eva es perfecta para la revista del saludo, pero no es una buena comunicadora. Quizá sea efectiva en Canal Sur al frente de SE LLAMA COPLA, luciendo salero y faralaes, pero no en un prime time. Es  un maniquí de alta costura que intenta colar una naturalidad fingida. Así que el cuarteto reincidente me resulta digno de sustitución inmediata.

Aplaudo la calidad de imagen y lo cuidado de la realización. Tanto en el propio set cocineríl como en los exteriores, algo que se está perdiendo y da mucho juego visual. El programa tiene una identidad muy marcada y cuidada, dignificando una televisión pública que aspira a reencontrarse. Me encanta la capacidad de sorpresa con los propios concursantes, planteando retos constantes que enganchan al televidente. Cualquiera se mimetiza y fantasea con tener el delantal en la lucha contra el reloj. Muy acertados son los totales constantes de los protagonistas, permitiendo la identificación y cercanía. No tanto la duración imposible. La mecánica de los tres fragmentos se estira demasiado, más al programarse tarde de por sí. Quien se inventó el access no contaba con la posibilidad de que Cárdenas hiciera un yoísmo audiovisual y lo emitieran en la tele de todos. Me gustaría saber si ante la inminente llegada de OT piensan cargarse a este dudoso telonero. Quizá así puedan ampliar la fórmula y no restar a uno de sus escasos éxitos, junto a la serie ESTOY VIVO.

Echo en falta material de la formación fuera de cámaras, quizá me pueda la curiosidad a lo reality. Los aspirantes desconocidos incluso conviven a lo GH, de ahí que el fuego avivara historias como la de Jorge y Miry. Me resulta muy curioso que se obvien las recetas y que en el desarrollo los cocinillas parezcan saber de pé a pá menús insólitos. Toda esa intrahistoria se merece buenos planos, para entender mejor la capacidad de aprendizaje o la vocación real de unos y otros. Tampoco me gusta el product placement descarado de la cadena de alimentos en bucle, ni la misma retahíla del vidrio o los comedores sociales. Buena labor en ese sentido, como los donativos a ONG’s. Una suerte de responsabilidad televisiva y corporativa que hace las veces de buenismo. Hay momentos en que chirría. Las apariciones de prestigiosos chefs, más humanos que el equipo oficial, aportan categoría al montaje final. Eso sí, se nota que pivotan siempre sobre los mismos nombres, cuando hay mucho profesional de la Hostelería que no tendrá michelines estrellados, pero sí un talento digno de compartir. Llevó la delantera a su primo hermano, TOPCHEF, logrando un hueco de degustación. El alternar ediciones y recuperar rostros es otro clave de su rendimiento. Así como el papel de las redes, lideradas por el polifacético Abel Arana, quien pone el humor que les falta a los dueños del plató-cocina. Los teléfonos echan humo para protagonizar nuevas temporadas y los campamentos se frotan las manos pensando que habitaran a los chavales del infernal anuncio. Tanto hacer marca se hace pesada. Con probar el bocado semanal me vale. Y no, no me apuntaré a la escuela online. ¡Qué empacho!

# SÍ · Es un escaparate ideal de la gastronomía y los rincones que se suceden a lo largo del país. Así que despiertan el hambre y el turismo bien servido.

# NO · Chefs. Ellos. Ciao.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Gran Hermano: Tótum Revolution



Esperaba más del estreno de esta nueva edición de Gran Hermano. El padre de los ‘realities’ nos sorprendía con la invasión de los 100 candidatos finales a entrar en la casa. El giro prometía, porque se saltaba la regla básica de mantener el misterio de los habitantes y así la sorpresa se sucedía entre la audiencia y los propios protagonistas. Cualquier espectador ansioso de encierro televisado estaría de uñas, pensando en haberse perdido alguna de las tramas centenarias de esas horas cuasi invisibles. Porque el aperitivo que emitieron el lunes se quedó en la gran anécdota de la cifra y aquella puerta que poco más y se vuelve giratoria. Apenas nos dieron algunas pinceladas de madres, hijos, ex y viceversa, que parecía más de lo mismo. Si esa era la revolución, se quedaba en agua de borrajas, pero GH ya había empezado sin el piloto rojo encendido y Mediaset esperaba exprimir un formato histórico. La emblemática gala cero comenzaba presentando el plató, correcto, pero insuficiente, en mi opinión. La escalera de vedette surgió como un guiño a LA LLAMADA, película de la que el propio Jorge Javier Vázquez es productor. El de Badalona apareció, más que nunca, como una versión carnal de Buzz, el mítico presentador de los videojuegos con icónico tupé. Y, sinceramente, volví a sentir la ausencia de la gran Mercedes Milá. Admiro mucho el talento de J.J., pero considero que este espacio requiere mucho más que su chispeante personalidad, amén del rosario de bromas. Su perfil es perfecto para ‘salvamizar’ entrevistas y demás, pero termina contaminando el esquema de contenidos del show de Guadalix de la Sierra. Es lo que pasó en la edición anterior y mucho me temo que volverá a suceder este año.

En cuanto al casting, como buen amante de la primera edición, la sensación no puede ser más que nos encontramos frente a personajes más que personas. Quizá la apuesta por los vídeos de la propia selección no ayude, pues en esas piezas se nota que buscaban la provocación y ser altamente prototipos y tipas. Los días de aislamiento siempre ayudan a que se relaje esa necesidad de provocación y escándalo. O de patrocinar el abdominazer, porque anoche hubo mucha tableta gratuita. El grupo definitivo, a falta del par de elegidos por votación popular, resulta extraño. La belleza se funde con la extravagancia y los egos tendrán que convivir con los caracteres más chocantes. Materia viral donde las haya. El juego de luces que determinó el plantel de inquilinos fue muy visual, con el pantallón y ese primer plano tan poco favorecedor del presentador. Los juegos posteriores resultaron cansinos y hasta aburridos. Es normal que tuvieran que introducir elementos diferenciales, pero se alargó demasiado y la ansiedad de las cobayas numeradas traspasaba aquellas paredes. Resultaba hasta sádico el jugar con esa ilusión de convertirse en reclamos de bolos discotequeros y su negación a decidir por unanimidad quién ocupara una de las plazas fue la mejor revancha.

La casa en sí me parece demasiado chillona. Los ventanales de aire andalusí no me pegan nada. Me gusta el recuperar la piscina, inaugurada en el directo por el par de Cristianes de guapo subido. También que la cocina sea una estancia separada. La paleta de colores es tan excesiva como el gentío, a modo de manifestantes, que pisaron el chaletazo catódico y lo dejaron hecho unos zorros. El confesionario siempre sorprende y esta vez cumple con el sofá popero y esa ilustración animal. Poco más que añadir. Bueno, un dato importante o no. El de la audiencia que parece no tenía tantas ganas de compartir con estos vividores su mudanza. Se hablaba de golpe de efecto de Mediaset estrenando en martes su niña mayor de edad de la telerrealidad, para apagar la llegada de MASTERCHEF CELEBRITIES. Y pasó lo inesperado, que los cocinillas VIP guisaron el liderazgo, apagando la reentré del Súper y cía. Es curioso que hoy se haya cancelado el regreso del dueño del cortijo a SÁLVAME, anunciado con insistencia en programas anteriores. Me temo que los despachos echan humo para que la gala de mañana, jueves, tenga mucha chicha. Es más, en el propio programa vespertino de Mediaset están hablando de una de las concursantes con mucha transfobia, aludiendo a su pasado y una supuesta vinculación con el machirulo de apellido nefasto. La ingeniería del escándalo promete capítulos impagables. Y a todo esto se han cargado el 24 horas, con un aluvión de críticas y fatales nominaciones. Veremos qué juego da el modo revolucionario de esta familia tan expuesta. Coco Chanel, el perro de Nerea, está tranquilo y pide que mantengamos a su dueña lejos un tiempo. Pobre criatura. ¡Feliz aislamiento! 

# SÍ · La línea gráfica de este GH: Revolution es muy potente. Minimalista, pero efectiva. El ojo ahora tiene fuerza, rebeldía y pasión, elementos que vertebrarán la estancia.

# NO · Resulta imposible asimilar ciertas personalidades. Hay otra realidad que desconocemos hasta que llaman para ser ‘grandes hermanos’. Benditos memes.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Novedades a la parrilla



Me recuerdo nervioso. Con ganas de descubrir las novedades de ese electrodoméstico que me tenía atrapado. Entonces devoraba la información por las revistas especializadas. Cualquier dato me servía para calcular las apuestas, descubrir nuevos rostros, especular con formatos. Todo lo que rodeara a la tele era mi pasión. No podía evitarlo. Incluso en mis juegos más inocentes. Me sabía al dedillo todo lo que pasaba en su interior. Con los años no perdí esa conexión y siempre supe cuál sería mi profesión. Aunque conocer desde dentro la realidad del sector me ha hecho relativizar muchas cosas, incluso perder bastante (por no decir toda) la fe laboral, mantengo mis viejas ‘costumbres’. Es llegar Septiembre y no poder evitar esa curiosidad por la temporada catódica a estrenar. Esta semana desembarcaron algunos de los ases de las cadenas para escenificar el cortejo a los espectadores. Con resultados desiguales, no parece que haya hitos del todo reseñables, pero sí me gustaría comentar algunos de esos debuts.

< ELLA ES TU PADRE >

Hacía mucho tiempo que Telecinco no renovaba la cuota de ficción de humor. LA QUE SE AVECINA funciona muy bien, pero hay que diversificar el catálogo. La premisa travestida resulta muy absurda aquí, pero el trabajo solvente de Carlos Santos sostiene (o lo intenta) la trama. El resto de interpretaciones son muy flojas, a excepción de la brillante Belén Cuesta, siempre auténtica y de Goya. Lo de Rubén Cortada (desnudos mediante) no tiene nombre, ni la inclusión con calzador de Alaska y Mario Vaquerizo. El guion es simple y poco efectivo. Llegó bien por falta de competencia, pero no creo que aguante toda la temporada y, si lo hace, será sufriendo. Dado que el lunes es el día con más consumo televisivo no creo que Mediaset se permita el lujo de confiar en un serial tan irregular.

< EL INCIDENTE >

Los directivos de Atresmedia han necesitado pensárselo varios años para colocar esta historia. Con una buena factura y un elenco de lujo, el balance final me resultó muy vacío. Retazos de otras series ya superadas (como el embarazo de la virgen, a lo Jane ídem), intrigas muy artificiales, esos puntos de drama cero sutil. El surrealismo no vende, pienso que el televidente quiere sucesos reconocibles. Hablando de emisiones generalistas, que hay muchas propuestas rarunas con tropas de fans, pero no será el caso. Por mucho que Marta Etura preste sus constantes vitales de ‘ay’ extendido en cada plano. Su supuesto traslado a La Sexta significaba una estrategia de desconfianza total en la capacidad viral del producto, aunque quisieran venderlo como una sinergia positiva. Al final se ha quedado en Antena 3, para hundirse con sus fatalidades frente a la competencia.    

< HÉROES, MÁS ALLÁ DEL DEBER >

Los docurrealities tienen un potencial muy fuerte. Con una gran realización y una línea gráfica impecable, aquí nos presentan a cinco protagonistas cuyo trabajo merece focos y un ejercicio de voyerismo descarado. Muy en la línea de POLÍCIAS EN ACCIÓN somos testigos de detenciones, intervenciones médicas, incendios… Hechos que provocan ese interés morboso que funciona de lujo. El extra es la parte emocional de los héroes sin capa. Un buen prime time para Cuatro, que necesita de productos con una continuidad como EN EL PUNTO DE MIRA. Remite un poco a los orígenes del canal, aunque con la cuota amarillenta de Mediaset. Esa realidad que no descansa, carne de titular, promete secuelas. Desde luego, prefiero esta premisa que las interpretaciones de CENTRO MÉDICO, muy poco creíbles, por mucha divulgación que hagan de los hechos clínicos. 

< ESTOY VIVO >     

Mi mayor aplauso va para este experimento entre lo futurista y lo trascendental. Somos poco dados a hablar de la muerte y el planteamiento tan peculiar del cielo y sus habitantes resulta muy curioso. Quizá demasiado rompedor para el target objetivo del ente público, pero con una brillante realización. Es más, todo el lenguaje remite a lo cinematográfico, superando con creces a las rivales anteriores. Actoralmente prima la solvencia de Javier Gutiérrez, Alejo Sauras y una chispeante Anna Castillo. Quizá me resultó excesiva la presentación del conflicto con Roberto Álamo y su trágico no final. Sin duda, La 1 necesitaba recuperar la confianza en sus ficciones. El punto de partida del personaje principal asegura episodios interesantes, veremos cómo los resuelven. Lo peor, su horario tardío, lastrada por el patetismo insufrible de Javier Cárdenas, empeñado en ‘mortificarnos’ con HORA PUNTA.   

En cuanto a la ‘vuelta a la parrilla’ se ha limitado a los magazines y programas diarios, con el hito del flequillo de Ana Rosa o los nuevos grafismos de ESPEJO PÚBLICO. La que estrena carpeta es Lara Álvarez, quemada de más entre DANI&FLO. Su función parece insuficiente para levantar los nulos resultados del show. Por suerte, quedan más intentos para las teles y su obsesión de liderar sólidamente. Aunque la fragmentación de audiencias haya empobrecido los datos y ese 20% de share, justo y necesario históricamente, parece hoy un milagro. Quizá tengan que pedir a la Diosa Julia Gutiérrez Caba que extienda una de sus pantallas virtuales y cambie el panorama. 

# SÍ · Por el momento los canales se han respetado y han optado por no contraprogramar. Ojalá sea así todo el año y no hagan que el espectador esté perdido, maltratando los productos y teniendo a los equipos de trabajo con miedo a fatídicos desenlaces.

# NO · Seré pesado y lo diré cuantas veces sea necesario, pero echo mucho de menos aquellas galas fastuosas en las que se presentaba el arsenal de las teles para la rellenar cada franja. Con aquellos estilismos desorbitados, números musicales de dudoso gusto, guiños entre compañeros... Eran oro puro y un modo promocional perfecto. ¡Que vuelvan, que vuelvan!

martes, 15 de agosto de 2017

¿Quién presentará ‘Operación Triunfo’?



El reencuentro de los ‘triunfitos’, la cobra o no de Bisbal a Chenoa, el resurgir de sus primeros alumnos… Estaba cantado que la popular Academia reabriría sus puertas. Esta vez sin los rizos de Nina, una gran pérdida, o el exceso personificado de Àngel Llàcer. Pocos datos se conocen de esta apuesta revival, más allá de la elección de Noemí Galera a los mandos. Conocedora máxima de los engranajes del formato y curtida en mil batallas televisivas. OPERACIÓN TRIUNFO vuelve y lo hace sin despejar quién será maestro/a de ceremonias en el plató. Carlos Lozano fue una elección dudosa en su momento, pero que el ente público mantuvo al de los hoyuelos dadas las cifras de audiencia. Era un elemento tan prescindible que, pese a sus comentarios absurdos, tampoco restaba al conjunto. Cuando Jesús Vázquez tomó las riendas en Telecinco supimos lo importante de un presentador entregado, cercano y con carácter. Tuvo que lidiar con Risto Mejide y sus borderías, demostrando que es un profesional único. El mejor defensor del entretenimiento en este país. La elección de Pilar Rubio en la última edición resultó un gallo estratosférico. No tenía ni la experiencia ni la soltura para defender un gran show de estas características. En Mediaset pagaron caro su fichaje, en todos los sentidos. Después de su descalabro hay mucho morbo en saber quién pondrá cara a las galas. Las quinielas se suceden en los medios especializados, en las redes sociales, entre los fans y aspirantes. Está claro que ‘OT’ necesita alguien con un carisma especial, que sepa aguantar los envites del directo y capaz de trasladar pasión por la música. Tenía que sumarme a las apuestas y presento algunos nombres que considero harían un buen papel. En breve saldremos de dudas…


| JAIME CANTIZANO | Todas las miradas apuntan en su dirección. Su salida de Cadena Dial deja mucho tiempo libre al jerezano, pese a que haya anunciado que tiene nuevo programa de copla en Canal Sur. Eso añadido a su paternidad, que se supone quiere vivir al máximo. Como comunicador es correcto, elegante, con un toque de ironía. Tiende a encorsetarse y eso no jugaría a favor de un macroprograma en el que más vale improvisar y saltarse, de vez en cuando, el guión. Es rostro de los últimos especiales musicales de la casa, como la gala de selección eurovisiva, así que estará en la terna, seguro.

| NURIA ROCA | Su sonrisa es una carta de presentación de lujo. Ha sido embajadora de grandes formatos, el último FANTÁSTIC DÚO. Sabe moverse por el plató, sin perder esa esencia natural, que la humaniza. En la radio ha demostrado que no se calla y sabe defender su terreno. Al haber fichado por la catalana TV3 para defender las mañanas estaría a tiro de piedra de los estudios.

| ROBERTO LEAL | Después de muchos años como reportero en su salto a los platós, primero en ESPEJO PÚBLICO y después en ESPAÑA DIRECTO, demostró que derrocha personalidad y talante. Sería un perfil joven, trabajador de la pública, con ese aire andaluz que da un toque especial. En HOTEL ROMÁNTICO vuelve a demostrar que tiene un gran potencial, por mucho que el dating para mayores no ayude. Lo haría genial.

| PAULA VÁZQUEZ | Alejada del mainstream, veo difícil que sea la apuesta final. En EL PUENTE, de #0, ha demostrado que es una contadora de historias perfecta. Por sus declaraciones, algunas incendiarias contra directivos, parece que tiene su agenda más centrada en propuestas diferentes. En su momento fue la anfitriona de EL NÚMERO UNO o FAMA, ¡A BAILAR! y así otros tantos espacios de éxito. No es una cara bonita vacía. Haría un gran papel y defendería a las mujeres en términos de entretenimiento.

| RAMÓN GARCÍA | Aunque parezca una concesión al viejunismo, de hecho eso marca sus tardes por Castilla, es un profesional incuestionable. Hace unos años le apartaron de primera línea, se refugió en la radio, pero siempre ha demostrado ser un tipo honesto, apasionado de su trabajo y con un profundo sentido de servicio público. En galas no le gana nadie, con o sin capa.  


| DAVID BUSTAMANTE | ¿Por qué no? Como miembro de la primera generación, la del éxito, sería un punto que defendiera el programa donde nació artísticamente. Que sería un poco atrevimiento, desde luego, pero igual es el giro que necesita esta reentré. Con unas clases y bien dirigido, sin perder esos dejes tan suyos, podría dar juego. Más ahora que es actualidad en bucle.

| CAROLINA FERRE | Es una pena que la valenciana no esté brillando en las cadenas nacionales. Lo último que ha hecho es el programa VIDAS EN ORDEN, en Ten. Sin duda, es una comunicadora versátil, irónica, con recursos. Debemos más momentos a esta todoterreno que lo mismo canta como lo hizo en TU CARA ME SUENA, que sustituye a La Campos con más audiencia, en DÍA A DÍA. ¡Te necesitamos!

| JAVIER DEL CASTILLO ‘POTY’ | Si no fuera por algunos momentos a lo Cárdenas, el coreógrafo es un buen hombre de espectáculo. Conoce todos los entresijos, siempre rodeado de artistas, podría ser un mecenas interesante. Con él, de nuevo, se garantiza esa conexión nostálgica que el público agradecerá.

RAQUEL SÁNCHEZ SILVA. Por muy tranquila que esté en sus LIKES de #0, seguro que un bombón así la animaría a volver al gran ruedo catódico. Después de curtirse en dunas e islas, demostró ser una fiera mediática. Con voz propia y sentido del humor. Sabría imponerse a los egos por estrenar y empatizar con todas las partes. Siempre con soltura. 

| MÀXIM HUERTA | Aún por descubrir en el terreno del entretenimiento con mayúsculas, el afamado escritor está esperando su oportunidad para volver a la tele. Humanizaría mucho el programa, con un toque periodístico y curioso. Aportando clase y algún zasca oportuno. Daría mucha frescura y una mirada especial.

Esto en cuanto a mis candidaturas posibles y aplaudidas. Eso sí, tengo unos cuantos nombres que no veo y espero no sean la elección final. ANNE IGARTIBURU es el más de lo mismo hecho presentadora. Lo mismo te habla de Jesulín que da paso a una actuación con esa cara de nuera ideal. No. Rescatar a MARILÓ MONTERO sería un error pues sería el titular constante. Pereza. MIGUEL BOSÉ pudo ser en tiempos el perfecto elegido, ahora está con la voz tomada y la casa llena. Su cabeza no estaría centrada para remar a favor del triunfo. JAVIER CÁRDENAS, sin comentarios. MARÍA CASADO, lo hace muy bien en el matinal, que no saque más los pies del cesto de la información. Y, por último, MERCEDES MILÁ, a la que considero carne de otros formatos. Esperemos que sepan cuidarla en Mediaset.

También se habla de la opción de una dupla. Conductor principal y secundario, más presente en la propia escuela o manejando las redes sociales. Muy en la línea de LA VOZ, donde Tania Llasera aporta algo de desengrase al vivo y al directo. Sea quien sea o en su plural, el reto de poner rostro a OPERACIÓN TRIUNFO es una oportunidad única para cualquier comunicador/a. Todas las miradas se centrarán en los nuevos aspirantes a Rosas de España y compañía, pero también en la persona que les mande cruzar la pasarela. Si es que la hay. Pronto despejaremos la duda y sonará la música… 

martes, 8 de agosto de 2017

El Lerele 8.6



Hubo tiempos en que la televisión pública dedicaba noches y noches a programas de entrevistas con elocuentes anfitriones. Desde Ángel Casas a Pedro Ruiz, pasando por Mercedes Milá o Julia Otero. Eran espacios unipersonales donde la palabra tenía todo el protagonismo, de la mano de personajes del momento. En los últimos años se había perdido totalmente esa capacidad de contar, de dar tiempo a una charla relajada, de poner el foco en algo tan sencillo como enriquecedor. Curiosamente, fue Bertín Osborne quien recuperó esta esencia, logrando conectar con millones de espectadores. Personajes poco dados a mostrarse llamaban a su puerta o abrían la propia para contar y contarse. Las exigencias del cantante cañí acabaron con su fichaje millonario por Mediaset y el trasvase de formato. Eso sí, sin alcanzar los réditos de origen. Las lenguas catódicas contaron entonces que buscaban un reemplazo eficaz que recuperara ese nicho de televidentes. Hasta que Gestmusic puso en bandeja a una Lolita Flores, perfecta sustituta de caseríos varios. Con un programa muy a su medida, estrenado seguramente a destiempo. La idea de LOLITA TIENE UN PLAN es que la hija de La Faraona ejerza de ella misma en una casa de alquiler, que hace las veces de su Lerele particular. Un cuadro de Lola da la bienvenida a un triplete de invitados que se dejan seducir por el encuentro y las sorpresas que la hijísima tiene guionizadas. En el estreno tres actrices rompieron el hielo de forma muy efectiva y cercana: Lola Herrera (m-a-r-a-v-i-l-l-o-s-a), Cayetana Guillén Cuervo (h-a-s-t-a-e-n-l-a-s-o-p-a) y Adriana Ugarte (p-e-r-f-e-c-t-a). El elenco sirvió para que la propia casera se sumara como una más y fluyera el momento.

Había mucha expectación por saber qué elementos de MI CASA ES LA TUYA aparecerían, cual cromos repetidos. Ya se sabe que llegar a rebufo es un hándicap, lo cual no implica que se pueda superar al original. En mi opinión fue el caso. Es cierto que los planos de contexto, el elemento puerta, la envidiada piscina o los comentarios a cámara son primos hermanos. En el caso del campechano rostro de Telecinco juegan a la entrevista previa, como aperitivo. Aquí trufa la emisión y amplía el hilo conversador. Aunque los piropos de ida(s) y vuelta(s) chirriaban, me gustó que el concepto fuera más allá de dar a conocer el personaje. Eso que la competencia da tanta importancia, incluso con el punto ‘ingenuo’ del presentador, que pregunta como haciéndose el tonto. El planazo naturalizaba el comer en TV, algo muy con sello SÁLVAME,  e incluía el poder de la palabra. Tanto como cuidar los recuerdos y poner la mesa como enlace social de intimidades sanas, pero principalmente compartiendo temas de interés o debate cultural. Eso que, como profesionales con inquietudes y reivindicaciones, unía al reparto. Desde protestar por los escasos papeles de edades reales o para mujeres adultas o, sin más rodeos, la telepromoción, a modo de queja, en la que Lolita lamentaba la escasa suerte de su hija, harta de ir de casting en casting. ¡Suerte, Elena! Veremos si en próximos episodios tu ‘mamá-mánager’ es capaz de nadar tan bien y sumarse a la corriente o precisa de más ayuda del equipo de redacción.

Otra observación, los primeros planos de las arrugas son un peligro para el HD, que no perdona. Como la emoción en la mirada de la joven Adriana, ante los elogios de la gran Lola Herrera. La misma que sufrió el ‘Castañagate’, al perder su elemento de la suerte en un taxi y encontrarlo una Lolita en horas bajas. Nada nuevo, porque ella se ha preocupado por tenernos al día en posados y exclusivas. Curioso fue que se autodenominara «jugativa» y pusiera en acción eso, un juego, para avanzar. Quedó natural, aquí no había pelotas ni despliegues machirulos, más bien naturalidad. Las verdades y las mentiras siempre tienen un punto de enganche, más para los voyeurs desde su sofá. Y así lograron otra excusa para las confidencias entre diferentes generaciones de actrices. Con otros tantos éxitos que pululaban entre planos. Por ahí dijeron colarse un espíritu muy de “si me queréis, irse”. Cortinas mediante, pero no se fue nadie. Es más, llegó el polifacético Edu Soto y fue él quien puso el punto cantarín a la noche. Su homenaje en temas a las invitadas resultó un poco largo, tanto como él y su talento. Se nota que la productora sabe sacar provecho a sus estrellas, pues él y la inquilina compartieron TU CARA ME SUENA. Para cuando entonó todo su repertorio la que fuera directora de UN PASO ADELANTE no sabía qué hacer con los palillos chinos. Del sushi fueron a su moño y para entonces eran su marcador rítmico. Muy total. No lo fue tanto su rendimiento, pues el estreno se conformó con un pobre 8.6% de share y 1.077.000 espectadores. La escasa promoción y el hueco veraniego no jugaron a favor. Aunque en las redes los comentarios fueron muy positivos. Yo repetiré, con la esperanza de que Lolita no cante el ‘Sarandonga’ y rompa el clima.  

# SÍ · Me gustó mucho que en el pequeño ‘confesionario’ de declaraciones, junto a las fotos de la folclórica familia, cada invitada tuviera silla propia, acorde a su personalidad. Una vintage, otra farandulera y la última sofisticada. ¿Quién era quién?

# NO · El tratamiento de las imágenes de recurso se me quedó pobre. Demasiado planas. Un programa así permite juegos algo más creativos para el equipo gráfico. Es un tanto aprovechar el archivo histórico del ente público, mejor con una presentación atractiva.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Del dicho al canteo



Sentados en sus despachos, rodeados de gráficas, con el teléfono echando humo, cruzando los dedos para acertar… No debe ser nada fácil ejercer de programador, incluso de directivo de una cadena de televisión. Tomar decisiones implica dinero (mucho) y personas (cada vez menos). Un fallo que, por pequeño que sea, puede ser el impulso para la competencia. En mi opinión, este perfil profesional requiere de inquietud, creatividad, riesgo, humildad. Rasgos que se traducen en estrategias y proyectos. Lo ejemplifica a la perfección Fernando Jerez, en #0, reinventando los términos catódicos y apostando por la diferencia sin titubear. Pocos ‘colegas’ pueden presumir de dobles saltos mortales, negando concesiones y jugando a los cromos repetidos. Es especialmente llamativo en el ente público, con una dirección nefasta de contenidos y la desconexión total con la audiencia. Los canales privados llevan años de tiras y aflojas, emulando franjas de emisión, cuando no parillas enteras. El giro al ‘blanco’ de Atresmedia redujo esta dualidad absurda, frente al colorido chillón de Mediaset. Aunque seguimos viendo cómo, de vez en cuando, los calcos catódicos logran estrenarse. Es el caso de ME LO DICES O ME LO CANTAS, la versión low cost de LA PARODIA NACIONAL. El que fuera formato inédito con Constantino Romero y su troupe de cantantes/humoristas, se presenta ahora en una especie de TU CARA ME SUENA paródica. Eso sí, el perfil de concursantes es mucho más bajo, intoxicado por la vorágine de Telecinco y sus caras visibles. Se cuelan algunos perfiles más actorales y musicales, perdidos entre la amalgama de excentricidades varias que campan a su anchas por los platós de Fuencarral. Salvo, como siempre, a Jesús Vázquez, perdido en un espacio que poco tiene que ver con sus recursos. Ni él puede tomarse en serio un bodrio semejante, con letras cogidas con pinzas, que pretenden ser la crítica social remasterizada.

Los productores de GOT TALENT esperaban reproducir sus días de gloria, pero con un programa tan poco atractivo no han logrado cautivar al espectador. Las pelucas de mala calidad, el vestuario digno de bazar, el sonido tan ramplón… Cualquiera cae en las comparaciones con el titán de Antena 3, que tan bien ha sabido posicionar el entretenimiento en una noche como la del viernes, en la que históricamente las familias se sentaban en el sofá a sorprenderse. Aquí hay poca tele que cortar, pese a contar con un buen plató, resulta más bien frío. Quizá sea la ausencia de directo que, a mi juicio, aporta muchos matices positivos al espectáculo. El fenómeno de Los Morancos, que triunfan en YouTube con sus videoclips dando zascas a la actualidad, parece un hecho aislado, con algún programa de humor en las autonómicas como excepción. Quizá la gente ha concentrado en las redes sociales sus ánimos de mofa y escarnio a los políticos o personajes dignos de titular. El supuesto karaoke con los números musicales no engancha, por mucho que la base sean hits reconocibles. El jurado tampoco suma demasiado. Cristina Rodríguez se pasa de protagonismo; Santi Millán no está en su salsa y se nota; Yolanda Ramos muestra un perfil más bien bajo tras la gloria del TCMS; y Jorge Cadaval hace lo que puede levantándose de la silla y aprovechando el estreno de su marido en pantalla. Leyendo comentarios, muchos señalaban que el fracaso no ha sido ni tan grande al tratarse de la temporada de verano. Aunque los mandamases se llenen la boca diciendo que para ellos todo el año es igual de importante, sabemos que es la época estival la apropiada para probar o lanzar compromisos sin mucha esperanza. El prime-time está muy pobre estos días, pero un show así, de semejante presupuesto y resultado, no se justifica.

Aunque quieran vender como correcto el 13,6% de share y los 1.793.000 espectadores de su estreno, anoche la sangría fue evidente, cayendo al 9,7% de share y un total de 1.181.000 televidentes. Veremos qué pasa las próximas emisiones, quizá vuelvan de vacaciones los amigos del género cantarín. Los mismos que esperan como agua de otoño pesos pesados como LA VOZ o el revisitado OPERACIÓN TRIUNFO. Esa batalla sí que se antoja interesante. ¿Cómo lograrán encajar las piezas los jefazos para ganar la partida? Tienen muchas horas de playa para pensar y darnos una tele digna, basada en la calidad, por favor.

# SÍ · Telecinco nunca tira la toalla con la producción propia. Prueba, con mayor o menor acierto, a plantear opciones donde la música siempre tiene protagonismo. Es algo muy de su ADN catódico.

# NO · Asumo que hay todo un equipo, con todo esfuerzo por sacar adelante algo así, pero podrían haber buscado nuevas fórmulas que alejaran del referente de éxito, véase TU CARA ME SUENA. Vale que, como elemento diferencial, los jueces ejercen como capitanes de equipo, pero se imitan demasiado los tempos, incluso las bromas colectivas. Chirría mucho. Demasiado. 

jueves, 27 de julio de 2017

Bocado de tele muy sabroso



Si todos los veranos son un drama en lo que a programación se refiere, el de este 2017 se lleva la palma. Las cadenas están muy perdidas, tirando de refritos o recurriendo a la ficción comprada en lote. De ahí que haya sorprendido, para muy bien, el estreno de EL COMIDISTA TV. Dudo mucho que sea el momento propicio para lanzar un proyecto así ni el horario de emisión más acertado, pero los pocos que estábamos anoche frente al televisor hemos podido celebrar su llegada catódica. Mikel López Iturriaga y su equipo habían logrado legión de fans en su blog. Tanto que las miradas de mandamases no tardaron en pensar en la fructífera traslación de su ingenio y contenidos de gastropotencial. La historia mediática acumula fracasos vertiginosos de fenómenos semejantes, porque no todos los formatos están hechos para la tele o sus protagonistas resultan desencajados al integrarse en la pantalla. No ha sido el caso, aquí el ‘chef’ comunicador y sus secuaces han cocinado un producto muy digno, rico en sabores y saberes. Cualquier espectador sin referencias previas caería atrapado en su menú, a base de un guión bien engrasado, la imagen de perfecto emplatado y un ritmo de degustación perfecta. Y es que estamos acostumbrados a programas de cocina prototípicos, con el guiso y el chiste como recurso, pero es un universo tan amplio y evolucionado que merecía su fuera de carta particular. El maestro de ceremonias es un Jordi Évole reinventado, capaz de moverse en la comida, como si de una sit-com se tratase, como en el guiño de entradilla a lo Gloria Serra, hecha carne viva en el súper.

Muy interesante apostar por un troceado top 10, vinculado al tema central, que supone una guía informativa y viajera, presentada en vajilla(s) de plata. El tono coloquial, muy humorístico, da una frescura sana, aunque hay momentos en que chirría. Encaja perfectamente en la inclusión de los reporteros o expertos, presentados cual youtubers de influencia aconsejable. Todos ellos, como el conjunto de protagonistas, generan un buen rollo muy auténtico. Sabemos que en la tele se tiende a exagerar de más. Incluso es de aplaudir que los entrevistadores no quieran comer minutos ni chupar más cámara (o cabeza de gamba) que la gente de la calle, un valor poco explorado. Todo el material y los recursos gráficos son de aplauso infinito, como para visionar en bucle. Trabajo minucioso y muy colorido, que atrapa y se diferencia del común de los espacios en parrilla, bastante planos y ramplones en este sentido. Cierto que en La Sexta cuidan más este aspecto formal. Las propias recetas cobran otra vida, con juegos como los zascas culinarios, que sirven de aprendizaje a la sartén. Otra estrella (libre de michelín, de momento) se merece la naturalidad de las transiciones entre temas, perfectamente encajadas, con sentido del entretenimiento. Este país tiene muchos creativos y muy buenos, otra cosa es que puedan/les dejen hacer libremente. El programa se ha rodeado de un elenco perfecto para sacar un platazo HD. Porque los contenidos de hoy no pueden entenderse como una tapa ramplona, necesitan alicientes de autor. En el par de programas de debut lo fueron la revisión de anuncios de glucosa infinita y mayor nostalgia o la charla con Ibáñez, el maestro de la ilustración. Sin olvidar las concesiones al petardeo, como el guiño a Raffaella Carrá, y la pandilla de locos bajitos, los peores críticos. Estamos hartos de ver cómo se explota una visión ñoña de los peques y no fue el caso, dejando que se expresaran y jugaran con la comida y su particular canguro. El referéndum tortillero, con o sin cebolla, fue un perfecto viral, para alargar el debate en casa y en los bares. Yo, con.

¡La cuenta! Pues la audiencia no ha sido del todo mala ("Azúcar" | 735.000 espectadores y 5,3% "Tortilla" | 849.000 espectadores y 6,8%), pero creo que es un programa que puede crecer cual huerto ecológico. Las buenas críticas, a lo TripAdvisor, seguro que animan a más comensales para las próximas semanas. Ojalá que en los despachos de la cosa televisiva vayan pidiendo mesa y haciendo hueco a propuestas tan apetitosas.

# SÍ · La tele más seria y solvente no tiene que ser la que más se tome en serio a sí misma. Aquí el tono ácido y divertido impregna toda la emisión. Tanto que el final es un gag con comentarios ficticios, debidamente señalizados, que arrancan una sonrisa.

# NO · Históricamente la época estival ha sido el principal campo de pruebas de los canales, pero considero que se trata de un producto muy potente como para rellenar un prime-time deslucido. Ojalá que pegue el estirón y sepan cuidarlo para que alimente a un regimiento.