Sentados en sus despachos,
rodeados de gráficas, con el teléfono echando humo, cruzando los dedos para
acertar… No debe ser nada fácil ejercer de programador, incluso de directivo de
una cadena de televisión. Tomar decisiones implica dinero (mucho) y personas
(cada vez menos). Un fallo que, por pequeño que sea, puede ser el impulso para
la competencia. En mi opinión, este perfil profesional requiere de inquietud,
creatividad, riesgo, humildad. Rasgos que se traducen en estrategias y
proyectos. Lo ejemplifica a la perfección Fernando Jerez, en #0, reinventando
los términos catódicos y apostando por la diferencia sin titubear. Pocos ‘colegas’
pueden presumir de dobles saltos mortales, negando concesiones y jugando a los cromos
repetidos. Es especialmente llamativo en el ente público, con una dirección
nefasta de contenidos y la desconexión total con la audiencia. Los canales
privados llevan años de tiras y aflojas, emulando franjas de emisión, cuando no
parillas enteras. El giro al ‘blanco’ de Atresmedia redujo esta dualidad
absurda, frente al colorido chillón de Mediaset. Aunque seguimos viendo cómo,
de vez en cuando, los calcos catódicos logran estrenarse. Es el caso de ME LO
DICES O ME LO CANTAS, la versión low cost de LA PARODIA NACIONAL. El que fuera
formato inédito con Constantino Romero y su troupe de cantantes/humoristas, se
presenta ahora en una especie de TU CARA ME SUENA paródica. Eso sí, el perfil
de concursantes es mucho más bajo, intoxicado por la vorágine de Telecinco y
sus caras visibles. Se cuelan algunos perfiles más actorales y musicales,
perdidos entre la amalgama de excentricidades varias que campan a su anchas por
los platós de Fuencarral. Salvo, como siempre, a Jesús Vázquez, perdido en un
espacio que poco tiene que ver con sus recursos. Ni él puede tomarse en serio
un bodrio semejante, con letras cogidas con pinzas, que pretenden ser la
crítica social remasterizada.
Los productores de GOT TALENT esperaban reproducir
sus días de gloria, pero con un programa tan poco atractivo no han logrado
cautivar al espectador. Las pelucas de mala calidad, el vestuario digno de
bazar, el sonido tan ramplón… Cualquiera cae en las comparaciones con el titán
de Antena 3, que tan bien ha sabido posicionar el entretenimiento en una noche
como la del viernes, en la que históricamente las familias se sentaban en el
sofá a sorprenderse. Aquí hay poca tele que cortar, pese a contar con un buen
plató, resulta más bien frío. Quizá sea la ausencia de directo que, a mi
juicio, aporta muchos matices positivos al espectáculo. El fenómeno de Los
Morancos, que triunfan en YouTube con sus videoclips dando zascas a la
actualidad, parece un hecho aislado, con algún programa de humor en las
autonómicas como excepción. Quizá la gente ha concentrado en las redes sociales
sus ánimos de mofa y escarnio a los políticos o personajes dignos de titular.
El supuesto karaoke con los números musicales no engancha, por mucho que la
base sean hits reconocibles. El jurado tampoco suma demasiado. Cristina
Rodríguez se pasa de protagonismo; Santi Millán no está en su salsa y se nota;
Yolanda Ramos muestra un perfil más bien bajo tras la gloria del TCMS; y Jorge
Cadaval hace lo que puede levantándose de la silla y aprovechando el estreno de
su marido en pantalla. Leyendo comentarios, muchos señalaban que el fracaso no
ha sido ni tan grande al tratarse de la temporada de verano. Aunque los
mandamases se llenen la boca diciendo que para ellos todo el año es igual de
importante, sabemos que es la época estival la apropiada para probar o lanzar
compromisos sin mucha esperanza. El prime-time está muy pobre estos días, pero
un show así, de semejante presupuesto y resultado, no se justifica.
Aunque quieran vender como correcto
el 13,6% de share y los 1.793.000 espectadores de su estreno, anoche
la sangría fue evidente, cayendo al 9,7% de share y un total de 1.181.000
televidentes. Veremos qué pasa las próximas emisiones, quizá vuelvan de
vacaciones los amigos del género cantarín. Los mismos que esperan como agua de
otoño pesos pesados como LA VOZ o el revisitado OPERACIÓN TRIUNFO. Esa batalla
sí que se antoja interesante. ¿Cómo lograrán encajar las piezas los jefazos
para ganar la partida? Tienen muchas horas de playa para pensar y darnos una
tele digna, basada en la calidad, por favor.
# SÍ · Telecinco
nunca tira la toalla con la producción propia. Prueba, con mayor o menor
acierto, a plantear opciones donde la música siempre tiene protagonismo. Es
algo muy de su ADN catódico.
# NO · Asumo que hay
todo un equipo, con todo esfuerzo por sacar adelante algo así, pero podrían
haber buscado nuevas fórmulas que alejaran del referente de éxito, véase TU
CARA ME SUENA. Vale que, como elemento diferencial, los jueces ejercen como
capitanes de equipo, pero se imitan demasiado los tempos, incluso las bromas
colectivas. Chirría mucho. Demasiado.
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