jueves, 26 de junio de 2008

Malas gestaciones, peores emisiones



Que el opio del pueblo en forma de esférico acumule masas y masas de humanos ávidos de una red colada, dice poco de este país. Más cuando hay productos, bien llamados así, que merecen un reconocimiento real de la audiencia y pasan con penas y escasa gloria -cuando no es ninguna- por nuestras parrillas. Nada que ver con las de quemas veraniegas, tintos de veranos y kilocalorías en alegría, por mucho que unas y otras echen humo. O algo más que eso.

El motivo de esta misiva, lejana en el tiempo de la última, y sin más consecuencias en la vida de Anita O que soportar cómo su ex chulazo o maromo de cabecera -el mismo que te pone mirando a Cuenca- tendrá un personaje fijo en el engendro continuista de la fea reconvertida, que pierde la A del nombre para ser una ladie BE rubiatón y con ansia de luces. Y no de esas que se encarecen con la crisis en porcentajes proporcionales a la silicona de la estirpe chochifamosi. No. Penas de verdades. Que alteradas o no configuran el hiperrealismo patrio.

Pero retomando el sentido de este texto carente del mismo, en estos tiempos de ausencia catódica vía blog, que no en persona, porque bastantes horas de tele corren por mis venas, mujer... Me he dado cuenta de lo ingratos que somos los televidentes patrios. Los nuevos canales de ámbito creciente, esto es Cuatroº y La Sexta, se empeñan en regalarnos series fetenes como Dexter, Betty, Californication, Me llamo Earl... y no correspondemos en la medida de sus posibilidades. Aunque me temo que en las más generalistas, léase Telecinco, La 1 y Antena 3, tampoco el invento de su emisión salvarías las naves. He ahí el caso fatídico de Mujeres Desesperadas, que sigue como una ficción residual en La 2. Un contexto impropio. Al igual que para Perdidos. ¿O no?

Creo que el Norte de las cajas tontas o no lo perdimos hace tiempo. Más ahora cuando se tolera que a una señora muy ella misma le regalen 100.000 euros del ala por confesar que ha deseado la muerte de su suegra, en ese engendro de verdades a medias o mentiras y gordas que presienta 'Ladie Higuiene Dental Externalizada'. Algo debe cambiar. El mando, la programación, nuestras mentalidades... Qué se yo, pero no se puede perder la oportunidad de degustar lo bueno en favor de lo detestable, estercolérico y bazofial. He dicho.

domingo, 1 de junio de 2008

Anita Ooooooo



Qué tremenda que es la intrahistoria de la televisión y el famoserío. Es como un cuadro eléctrico siempre interconectado y con peligro de ruptura de cables y ficciones. Esta semana, sin duda, todos hemos asistido entre lo hilarante y lo patético al episodio de 'Ana Obregón y los matones de Miami'. No tiene guasa, que no, pero es triste que a estas alturas de partido mediático historias de esta índole aún se produzcan. Quizá en el calentón del momento la mamá bióloga, temerosa de que el culo de su hijo fuera vox populi -el suyo lo es cada verano y no precisamente por su tersura- corrió al teléfono y en un mano a mano violento y homófobo quiso pedir mamporros previopago para Jaime Cantiazo -ese yerno ideal que con unos morados y una dentadura imperfecta perdería toda su esencia-.
Ahora la justicia tendrá que poner los puntos sobre las íes en este presunto delito, intrincado con otro mayor de asesinato cuasi judicial, donde tiene todo que decir el matón a sueldo, cubreculos Obregones. Pero claro, la víscera catódica, con el griterío incorporado y la desfachatez por bandera han visto en esta historia la oportunidad de escarnio perfecta. De ser cierta la llamada y la petición violentada de Anita O. al pídeme-que-yo-le-pongo-el-ojo-a-la-virulé es algo que debe dirimirse en los tribunales competentes. Aunque los latidos corazoneros no dejan escapar ni media. Aunque sí Cantizano, con su presunta homosexualidad aireada y desarmarizada, que no quiere declarar ni en su programa, perdiendo audiencias millonarias pero generando más morbo al hecho delictivo y su variante en el océano petardo.
Sea como sea, maten a quien maten, insulten a quien insulten... La realidad televisiva deja mucho o más que desear. Parece que el rizo está suficientemente rizado, pero la verdad absoluta es otra, que nunca es suficiente y que lo peor está por llegar.
¿Qué será lo próximo? ¿Anita y los ochenta matones?

sábado, 17 de mayo de 2008

¡No con mi dinero!



Día sí, día también nos topamos con la decadencia de la televisión pública. Podemos entrar en análisis varios, pero lo que está claro es que aquí el problema es más que de fondo. Poco deben saber de televisión los mandamases del mal llamado ente cuando programan peor que una tele localista de cuarta regional. Apuestan por productos que, buenos o malos, no saben promocionar ni integrar en las parrillas (dos), con lo que caban su propia tumba de audiencia.
Hace ya tiempo que el espectador medio dejó de recurrir al referente de la uno y dos, en vista de sus malos resultados. Me niego a creer que se debe, en realidad, a su perfil de público. ¿Acaso los pogres nunca ven la caja tonta? No, debe ser que son tan intelectualoides que no se enchufan. Me río de Janeiro. El tema es que desde que lo sociata está al mando el ídem dejó de lado la propuesta pública, y eso que no han hecho mucha progresía propiamente dicha. Pero claro, antes el modelo era de lo rancio, de Anas con siete, de Urdacis encorbatados, de Noches que Apestan y series B. Tremendo constatar que ése es el perfil mayoritario de la pública, porque no imagino a Botella y secuaces siguiendo esa programación tan gaviota ella...
Últimamente asistimos a las migajas, al deshilachado temporal de la dualidad que pagamos con nuestros impuestos. Y por ahí no paso. Encima para que hagan sangrías con el personal y amañen los accesos a los ilusos opositores. Triste, no, lo siguiente. Como el plantel de nuevos productos. Retiran sin dar tiempo esa serie insulsa, encabezada por el supuesto chico Rueda. Fuera de lugar, su nombre, del todo premonitorio. Y ahora anuncian otro invento danzarín, con la ceja de Sobera bien levantada. Esperemos que sea lo único que empine el buen vasco.
Pero más allá de eso, es triste el mal trato al que someten a series de calidad como Mujeres Desesperadas, Perdidos, Reunión, Sobrenatural... No saben el producto que tienen entre manos y lo relegan a horarios o repeticiones imposibles. Confundiendo al espectador y generando un patetismo impropio. Me duele, me enerva y me indigna.

Por una televisión pública de calidad, no enchufes TVE.

jueves, 8 de mayo de 2008

Lo, lo, lo



Cómo están las cosas catódicas. Estoy por tirarme de los pelos de las antenas y acabar electrizado ante el panorama de ridiculeces varias que pueblan nuestra parrilla con peligro de contaminación masiva. Las nuevas ediciones de Operación Tormento y CutreModeli son heavys en sí mismas, con protipos/as de hacer zapeo o apagado ad infininitum. Pero encima sigue dando guerra esta reyerta contra la intimidad que dice jugar con las vidas de unos ilusos que por dinero se someten al polígrafo y enseñan sus vergüenzas. Las preguntas de ayer, incidiendo en masturbaciones en casetas de perro y multiorgasmos me parecieron más que innecesarias. Qué pena que la presentadora enchufada del canale chincue se preste a poner rostro a este vertedero amarillo fuerte.
Pero es que los colmos nunca son suficientes. Estos días asistimos atónitos o beodos a la polémica de la tanqueta de Leganitos, la mujer de la unicanción que ahora quieren tirar por los suelos. Nunca un par de letras dio tanto juego y un premio mayor en la UE, pero ahora los aliados de la campaña marketiniana del todo vale quieren arruinar el poco prestigio de la doña. Y claritito, ella se ha puesto como una foca monje defendiendo lo suyo con uñas, dientes y taconazo al ristre. Quién es un pasayo y sus payasadas para negar su victoria. ¿Qué hubo tongo? ¿Cuándo no lo hubo? Pero el valor que reinvención y de diva en la memoria colectiva nadie se lo puede arrebatar a María Victoria de los Ángeles. Aunque ya sabemos cómo se las gastan algunos, que dicen ser adalides del sentido del humor y lo que practican es un grueso ídem, que llega a dejar en evidencia sus estrategias. Y es que, antes o después, sale a relucir lo peor de cada uno. Ya sea en un canal de mass media que una minoría de regalo estatal.
Así que la parrilla está que trina con tanto episodio de tensión. Las cifras de audiencia se vuelven locas. Los números no cuadran y en los despachos algunos mandamases empiezan a estar nerviosos. Se avecinan tiempos de más caña, todo sea para comprobar el umbral real de este país adosado a la pandereta. Y aunque algunos pretendan vender la imagen de lo blanco nuclear, reinventando o reventando formatos, no hay nada que hacer. O casi nada. Pintan malos tiempos y puede que lo importado nos salve. Porque ya es triste que las nuevas series sean copiadas de otras de su rango, con lo cual el talento parece haberse tomado unas vacaciones indefinidas. O lo mismo está haciendo cola para hacer trabajo o pensando si aceptar unas prácticas o un proyecto de salario prometido...
Si es que lo audiovisual está muy mal.

jueves, 1 de mayo de 2008

Parrillada vaciada



El calendario nos trastoca a todos y los programadores de televisión no se escapan de festividades y puenteces varias, pero se olvidan de los sufridos inmóviles que permanecen ante la rutina catódica. Aunque la realidad es diferente y ante los ojos aparece una pantalla bajo mínimos, de rellenos y refritos imposibles. Por no hablar de esas películas rescatadas del baúl de las sandeces pseudo-cinematográficas. Todo en un auténtico despropósito para el televisor que no tiene más remedio que cultivarse de otra forma más útil que ante la cutrería de retransmisión en falso directo.
En estos días puentiles nos esperan repeticiones de cazatalentos en humillación constante, de ilusiones en caja tonta, de noticias de las desnoticias, de surrealismos cubre huecos programáticos, de revisiones de lo peor y más grueso, de chismorreos de cuarta y de retransmisiones de la vacación ajena ante el tiempo dictatorial. Unos emplayados, otros encajonados.
Todo sea por acercarse a la miseria que alberga este medio televisivo que decae en su propio fondo. Alguien en heroicidad tendrá que bajar a rescatarlo con sus infecciones y dolencias cuasi crónicas. Enfermedades sin cura y al aire en estas jornadas de la nada, del limbo de bienvenida mayera.
¿Pero quedarán trabajadores en las cadenas? Si les hay, feliz día por serlo. A ti, también. Pero hagas lo que hagas ponte TDT.

lunes, 28 de abril de 2008

CutreModeli DosMilPocho



Vuelve la pasarela del surrealismo catódico. Esta vez en alta mar para pasar por agua las lágrimas y los cuerpos enjuntos de los aspirantes a índice de masa corporal bajo mínimos. Es la tristeza del mal planteamiento de un concepto de programa que podría dar demasiado de sí. Pero a la vista de las caras, caretos y indifinibles rostros de los nuevos protagonistas del invento del tacón me temo el peor de los resultados. Ni la mezcla entre varones y varonas, entre hormonas y egos, entre espinillas y celulitis, entre testosteronas y estrógenos... se antoja motivo suficiente para degustar el plato de sobremesa entre posados imposibles y estilismos de baratillo antichic.
Aplaudo la transición de profesores o antital, pero es que la elección no es para tirar cohetes ni un buen flash. Seguro que los cazadores de carnaza zappinera se frontan las manos ante la llegada de nuevos entes de freakismo en dosis brutas. No sólo algún cutremodeli mariquitísima, también un profesor hecho vintage y con un estudiado yoísmo de vómito. Sí que me felicito por la oportunidad de tener una cara nueva al frente del despropósito de modé, una canaria bien plantada y de buena dicción que lo tiene fácil para superar el estilo rancio y despersonalizado de esa mujer nacida para procrear que un día quiso ser modelo y al siguiente insistió hasta poner rostro de frígida audiovisual al reality de la belleza desfilante.
Aunque el tiempo puede derrocar muros de ediciones olvidables y de ganadoras invisibles. Será difícil que cubra el hueco triunfal de esos danzarines ansiosos de fama. Los mismos que ya cardan la lana y acumulan la misma en la previsión de recitales coreográficos que nos va a tocar sufrir. Si es que en este país de pandereta lo de exprimir se lleva siempre a la máxima expresión.

Rebélate, tú sí eres un modelo. Quizá solo de persona, pero menos da una piedra.

lunes, 14 de abril de 2008

Nada más que la verdad



Si creemos que el umbral del estercolero ha llegado a su cima máxima, nos equivocamos. La perversión de la televisión sin fronteras siempre viene a demostrarnos que lo peor es poco y que el término más se antoja infinito. La basura campa a sus anchas y por mucho barrido o limpieza de cara siempre aparece un motivo mayúsculo para llevarse las manos a la cabeza.

Cuando estábamos huérfanos del pérfido polígrafo, viene un mandamás con ganas de ese más oscuro y nos regala una ración de rancismo audiovisual. Lo triste es que seres anónimos con una vida de cara a su galería se sometan a las cámaras para airear miserias e intimidades sonrojantes ante una audiencia necesitada de lo grotesco. Sus páginas de lo grueso, de lo invisible, de lo surrealista o patético enfocado con la maldad del morbo comecocos.

Más triste es que un equipo de profesionales, con una presentadora de dentadura sobrexpuesta, tenga que defender un invento innecesario de garras cuestionables. Peor es saber que hay espectadores que se apuntan al festín de la víscera y de lo risible, en un ejercicio de hipocresía sin igual. Cualquiera en el sofá de las verdades alteradas sufriría tan catarsis que ni una chequera de ceros a la enésima potencia justificaría.

Parece que nunca tenemos suficiente y que la exposición continuada de los horrores propios y ajenos nos insensibiliza sin remedio.

Por la dignidad, una televisión más arcoiris, menos claroscura.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Tu talento sí que vale



Los ciclos televisivos son perversos. Cuando alguien encuentra la gallina de los huevos de oro algo se altera en el corral para encontrar a una clónica que sepa estar a la altura o supere al original. Así que los formatos se diluyen y las calcamonías se extienden por las parrillas, consiguiendo un efecto de saturación en la audiencia que consigue el declive del éxito.
Tras el boom del corazón infartado, de los cantantes de karaoke con ínfulas de disco de diamante, de las cámaras ocultas sin vergüenza, de los polígrafos de ridiculez supina... Ahora asistimos a la fiebre por el anonimato con minuto de gloria vía casting. Palabra anglo que se ha instalado en el imaginario colectivo y de relación directamente proporcional con la fama. No siempre, doy fe. Pero el concepto se ha extendido cual mancha de aceite para que salgan de su cueva los talentos patrios. Sin límites, sin concesiones, con caradura, con sentido del deshumor y con la fantasía triunfal por bandera.
La dispusta se libra cada semana entre dos programas de cadenas que sólo tienen un dígito de diferencia, Cuatroº y Telecinco, que cada una en su estilo tiene su espacio de estrellitis aguda. Entre los talentos de uno y las valías de otros, conforman un panorama en el que se dejan ver gentes con dones diversos y cuestionables. Unos defienden el glamour y la originalidad sin imitaciones, otros pasean la mofa por el escenario y un sentido grueso del espectáculo. Aunque ninguno ha estallado en audiencia, sí tienen los suficientes sufridores mandamensajes y llamadas sin fin que justifican la reedición del show. Serán los familiares de todos los soñadores de la gloria caída del cielo catódico.
Pero no siempre llueve a gusto de todos. Y debes saber que no sigues con nosotros.
¿Cuándo es el siguiente casting?

lunes, 17 de marzo de 2008

Infarto televisivo agudo



"Lo estamos perdiendo. Pero, parece que este corazón quiere seguir latiendo. Parece que de tanto latir estaba cansado pero aún mantiene la llama de la vida catódica".

Ésta bien podría ser la dramatización del filo de la navaja audiovisual del género rosa fucsia, demasiado amarillo en este siglo XXI. En pocas semanas hemos asistido a los funerales insólitos de importantes tótems del corazoneo en pequeña pantalla. La sorpresa vino por el adiós a un tomate cuya salsa ya producía vómitos incontrolables. Le siguió ese aroma exiguo a número 4, que hacía de las tardes una amalgama poco alternativa. Ahora le ha tocado a ese invento de trío vespertino con morralla de impacto y chillidos de vena agigantada. Antes fue la muerte de la travestida noche sabatina de dolce vita antes son de salsa gritona. Pero la primera defunción de hito telebasurero fue la de aquella tómbola con papeletas de insulto y agravio personificado.
En este contexto sólo unos pocos resisten, pero necesitan de un tono más amable de hola corazones o amiguismos previopago para que no haya sobresaltos ni preguntas mamporreras. Y es que en estos escasos supervivientes de lo rosa prima el periodista con estrellistis y pase vip a las vidas famosiles, como testigo exclusivo de los dimes y diretes de las celebrities bizarras. Un querer y no poder, porque no siempre el peloteo indiscriminado tiene el efecto que el público cotilla desea. Pero todo sea por la propia imagen.
Y en este mar en calma de corazones partíos siguen vivos y coleando los hipócritas robahistorias y chismosos del mal gusto y la caricatura bazofiante que se saben lo que se hacen, pero que olvidan del trabajo ajeno. Su proceder es vil y cruento, pero como se apañan entre la minoría aupada por mandamases con posibles pueden hacer lo que les salga del guión.
Pero a todo esto, mi corazón sigue sin latir. Qué narices me importa que el de Paquirrón sea un hostal de bajo coste.
Injusticias divinas, que diría Carmina.

viernes, 22 de febrero de 2008

ReVote



Cuando el remedio no es posible y la enfermedad se convierte en crónica, el problema queda inserto en nuestras vidas per secula seculorum. Es lo que ocurre con la campaña política, que comenzó oficialmente esta media noche, pero que su realidad se remonta cuatro años. Ahora entramos en el principio del fin para que la pescadilla que se muerde la Moncloa vuelva a activarse. Un no parar de declaraciones cruzadas, vídeos marketinianos para dar en la línea de flotación al contrario (el de IU con quemas reales, muy cutre pero se vende solo) y entrevistas con levantamiento de ceja o fanfarroneo populista. Pero no es todo, con la tradicional y obsoleta pegada de carteles se suman más mecanismos de captación alienados, como el buzoneo electoralista o la cercanía impostada de militantes a la caza desesperada de apoyos que sumen votos. Todo un despliegue de razones de comecocos para desoír las encuestas y dar la vuelta a una tortilla, hoy por hoy revuelto de rosas y gaviotas.

En el plano catódico vienen por delante unas semanas más que intensas, de especiales entre especies politizantes. Anoche abrieron fuego los espadas económicos, tuerto Solbes y riquísimo Pizarro, que desplegaron su sosez televisiva y su escaso enganche. Matías Prats no sabía cómo echar leña al rifirrafe porque sus posturas petulantes o insignificantes no lograban empatías. Así que todas las naves se quemarán en los debates a dúo de Zapatero y Rajoy. El lunes, el primero, no sin polémica por la negación de Antena 3 y Telecinco a plegarse a los intereses de la Academia de TV, responsable del evento cruzado cual sujetador mágico. Sólo entonces se espera que, de verdad, se hinchen las venas de los números uno, los llamados a ser nuestros máximos dirigentes. No quiero pecar de pitoniso de baratillo pero intuyo sin ánimo de equivocación a que el resultado final será un programa sinsorgo, en el que zigzagearán entre argumentos sin entrar en harina ni mojarse como corresponde. Y es que el par no es muy afanoso en lo mediático. Eso sí, tendrán que llevar bien puestos los micrófonos y controlar escapes sonoros sonrrojantes.

Y al final, visto el panorama, lo más divertido es el show montado por Eva Hache y su programa cuatrero, que de la nada se ha montado una campaña mediática y con ganas de sorna. Si tienen votos demostrarán que el poder catódico no conoce límites. El éxito desmesurado e injusto de Rodolfo Chikilicuatre para Eurovisión canta por sí mismo. Unos votos de dudoso gusto, pero que dentro de lo que cabe no responden a una hipocresía ni a una mentalidad obtusa y neandertal, como los que respaldan muchos que el 9 de Marzo irán a las urnas.

Por un voto justo, serio y futurista. El pasado siempre vuelve (para mal).

martes, 19 de febrero de 2008

Sin chulazos no hay paraíso



Algo está cambiando. Si la paridad igual supuestamente la guerra de sexos en el ámbito político, la televisión está saliendo del armario y dando cancha a hombretones para disparar líbidos y hormonas varias. Y es que no todo iba a ser la pechonalidad desbordada, también la pantalla reclamaba más testosterona y visiones masculinizantes de aúpa. Hoy en día cualquier serie de corte medio tiene un galán de cortar la respiración para captar a público femenino y homosexual. Así se comen más trozos de la tarta y las carpetas preadolescentes tienen más ídolos pop. Una realidad propia del papel colorista y acnéico traspasada a los frames catódicos, con puesta en escena de muscolosidades ampulosas, rostros apolíneos y actitudes de pisotón. O pistolón.

El líder hoy por hoy de esta corriente es el inigualable Miguel Ángel Silvestre, del que se podrá cuestionar su valía interpretativa, pero no su belleza de potencial infinito. En persona doy fe de que gana y las babas acaban en el suelo, porque más allá de tendencias y gustos amatorios él hace de la conquista su día a día. Y la pantalla es el mero reflejo de su proyección como héroe bello y más que comestible. No es el único, le siguen a la zaga Michel Gurfi, Hugo Silva, Mario Casas, Israel Rodríguez, Javier Pereira, Martin Rivas, Yon González, Alejo Sauras... Todos lucen más que cachas a la mínima ocasión. Los guionistas saben que sus desnudos se cotizan a precio de oro y a más cacho de carne expuesto, más crece el deseo global y el impulso compulsivo de destapar todo sobre el mocetón.

No es una actitud feminista, ni mucho menos. En realidad a veces responde a un machismo mal entendido que sirve en bandeja unos cuerpos, unas bellezas de quita y pón, como excusa al uso desmoralizante que de la mujer se ha ejercido amén de los siglos. Ahora sabe a mucho, lógico, porque no hay prácticamente modo de comparación con otras épocas de visibilidad machirula. Así que tampoco es cuestión de aplaudir el fenónomo (o los ídem). Basta con alegrarse la vista o los sueños eróticos...
It's raining men!!! Aleluya!!!

domingo, 17 de febrero de 2008

Galas, ese marco incomparable



El año televisivo tiene varios hitos. Y siempre las galas han marcado un antes y un después. Más allá de ¡Murcia, qué hermosa eres! y otras injustificables producciones turísticas, el común de las galas han marcado un auténtico acontecimiento para todo telefrikie que se precie. Pero para mi desgracia, en los últimos años estamos asistiendo a una auténtica devaluación de esta fórmula catódica que no debe quedarse en una mera pasarela de lucimiento personal. Sus contenidos y continentes deben primarse para dar a la audiencia un producto más que comestible, disfrutable. Los ejemplos más reciente, las ceremonias de los Goya y los TP's han confirmado esta caída en picada del género. Parece que las ideas en cuanto a guión, escenografía, presentación y puesta en escena en general han quedado caducas, sin una renovación deseable y necesaria a estas alturas de siglo audiovisual.

La oportunidad de ver estos días lo bien que lo hacen los suecos en su previaeurovisiva me ha reconformado la situación de alarma. Ellos tienen sentido de la estética y el espectáculo. Saben dar emoción y show en dosis justa, sin esos excesos de reloj y grosor de los que pecamos patriamente. Sin duda, desde el frío han aprendido un sistema rentable de cara al espectador y al sentido último del entretenimiento. Han sabido mirar a la meca americana pero sin abusar de plagios ni repeticiones supérfluas. En una adaptación propia y con ganas de la gala como formato que explotar. Aquí, en esta España nuestra el conformismo nos conduce a la mediocridad. Mieda me da pensar cómo será la presentación final del racimo candidato a Eurovisión. El año pasado se sacaron de la manga Misión Eurovisión y ni Paula Vázquez vestida cual Carrie Bradshaw salvó el caos. Expectante vivo ante la patraña que nos servirán en bandeja desde un ente pasado de roscas, modas y sentidos.
Nunca borraré de mi memoria selectiva y televisiva esas primeras ganas de las televisiones generalistas, las mismas que rompían el maleficio de una pública anquilosada en sus malas praxis. Programas que tenían caché, donde las estrellas eran cercanas, incluso sabían fingir y defender con sonrisa profidén programas insufribles. Eran tiempos de apariencias entre lentejuelas y purpurinas, en los que a las azafatas se les hacían vestidos de retales de quita y pón, con zapatos de cartón. Verídico. Pero el sentido artístico no se perdía. Hoy prima el humor desgraciado, con grandes popes que se creen copes de lo suyo. Y así el avance se convierte en retroceso.

Por una gala digna.

sábado, 16 de febrero de 2008

Siempre hay una primera vez...



No recuerdo cuál fue mi primer contacto con ese aparato llamado televisión. Supongo que gateando algún día me topara con su fuente de colores, un mundo inesperado que irradiaba luz y destellos incontrlados. Ya entonces debió atraparme y aún sigo bajo su influjo. Sí que mi memoria selectiva tiene ficheros de tardes postescolares entre bocadillo, series animadas y deberes a deshora. O momentos de entrañable conjunción con mi abuelo allá en los cielos que era gran aficionado a los concursos y a Joaquín Prat. El uno por el otro la pasión por el ¡a jugarrrr! se hizo común. Y esos tiempos de mamachichos o mujeres que hacían del cacaomaravillao su quinta esencia. Nostalgia de una tele infante, que hoy es carroñera aunque por fortuna nos da respiros con series de calidad. La mayoría, importadas.

Pero yo he venido aquí a hablar de mi libro, mejor dicho de mi conexión con la caja tonta. Un amor tan platónico que hasta ha configurado mi vida a los postres. Como discípulo irredento aposté por una profesión visibilizada más allá de mis timideces y autoestimas subterráneas. Estar en televisión, en vivo y en directo es indescriptible. Ni siquiera pienso en quién puede verme, juzgarme o reírse de mi cara de pantorta. El subidón y la sensación de lanzamiento al vacío catódico es inmensa. Y eso que hasta ahora no he podido mostrarme del todo, porque el contexto o los compañeros de travesía no daban pie. En fin, que tiempo al tiempo.

Y por qué soltar este rollo, es más que nada una presentación formal de mi nueva aventura hecha tecla. Un proyecto rescatado de viejas glorias de crítica televisiva y opinión informal de lo que supone y pone esta tele nuestra. Sin más ánimo que el de entretener y entretenerme y el de tejer un espacio de opinión de ida y vuelta sobre lo que se puede ver para bochorno, deleite o silencio. Un diario que no será tal, con lo catódico como protagonista en todas sus dimensiones.

Aquí, comienza la función.