Mira que lo intenté, incluso
alguna noche de sábado, de sofá y manta me entregué al directo de GOT TALENT
ESPAÑA, pero en ningún momento me cautivó del todo. Su gala final fue un más de
lo mismo, lo que tanto prometía se quedó en algo descafeinado. La audiencia no
acompañó a un show que pretendía ser un acontecimiento nacional y quedó
relegado a fiesta de fin de curso en plató espectacular, iluminado a todo lujo.
El cambio a miércoles se las prometía arrollador, pero los platos y los chefs
protagónicos pudieron más. Hasta las reclusas más amarillas ganaron en número
de espectadores. No sé yo si Simon Cowell hubiera tenido una cara aún más de
circunstancias de saber este escaso éxito. Su guiño a Jorge Javier me resultó
un tanto simplón y más el juego que el presentador quiso dar con sus
compañeros. Precisamente el hombre salvamizado y sus televisivos adyacentes,
Eva Hache, Edurne y Jesús Vázquez eran la principal atracción de este invento.
En mi opinión han estado correctos, pero demasiado consentidores y poco
exigentes. En definitiva, ¡unos blandos! Tengo la sensación que hace años que
agotamos los talentos más llamativos y sorprendentes, acumulamos tantos
formatos que los castings se complican. Quizá el bucle infinito de TÚ SÍ QUE
VALES fuera el principio del fin, aquellas ediciones encadenadas de Ristos,
Corbachos y José Luis Morenos. ¡Qué recuerdos de lo cañí! El caso es que pocos
números de la noche final se salvaban, especialmente los acróbatas. Las
votaciones del público fueron muy discutidas en las redes. Mi sensación es que
tuvieron problemas en realización con los rótulos telefónicos y no mostraron en
igualdad de condiciones los de unos y otros. El resultado fue que pasara a la
final finalísima una cantanta de grillo en la garganta. Una mala copia
desnaranjada, que gritó y gritó, provocándose casi unas contracciones. Su
embarazo se cubría en una suerte de brilli-brilli que aparecía en otros tantos
estilismos. Mal.
Las escenografías pobres y el cuerpo de baile parecía
acompasado a tiempos y otros sin ganas de siquiera moverse. Lo que más me
gustaba, sin dudarlo, era el pedazo de escenario y su iluminación perfecta.
Tristes las proyecciones, algunas del todo infantiles o creadas para los años
90. Pero me imaginaba llenar de vida ese espacio con espectáculos de los que te
dejan sin palabras. Lo consiguieron por los aires el chico y la chica que se
jugaban la vida en manos del otro. Una confianza bien construida, en el caso de
él quizá más sencillo que el haber ejercido de actor de cine para adultos, amantes
del músculo y los trípodes. Pero se quedaron fuera tras las votaciones
telefónicas. Siempre me gustó el pianista, pero pensando en lo que se ve en
ediciones internacionales dudaba que pudiera llegar a proclamarse campeón. Al
final fue la voz de la hiperbólica Cristina Ramos la que mereció el premio talentoso.
Quizá en LA VOZ hubiera pasado las audiciones a ciegas y poco más, pero aquí
congratuló a todos. Su maquillaje en azules era un punto y el vestidazo
lentejuelíl a la vez que transparentoso era otro ejercicio de madame escénica. Poco
más que decir de un programa que ha pasado sin más, generando una continuidad
en la noche de los sábados, muy perdida en los últimos tiempos de Telecinco.
Ahora pretenden mantener ese espíritu farandulero con el LEVÁNTATE ALL STARS,
pero viendo los avances y promos, mucho dudo que sea un acierto. Pocas voces
buenas, mucha concesión a la prensa rosa, salvando a mis adorados Alaska y
Mario y al siempre eficaz Jesús Vázquez. Veremos si ahí hay talento de
extrarradio o de barrio de Salamanca. En cuanto al género talent, la anunciada
segunda edición deberá mejorar mucho y más para ser realmente solvente. He
dicho. He visto.
#SÍ · El número de apertura de
Santi Millán, cantando como lo que es, un showman. Su elección como presentador
ha resultado un acierto. Ha demostrado cercanía con los participantes y ese
punto pícaro que se agradece. Así como novedad, porque en Mediaset ya sabemos
que multiplican rostros en programas.
#NO · Me pareció fatal o peor que
como cierre no repitiera actuación la ganadora y recurrieran al vídeo. Tenían
que haber evitado el meter el coche del premio a plató y recuperar el piano
para su número. Perdió toda la gracia y
espontaneidad del momento. Fallo garrafal. Simon di algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario