viernes, 15 de abril de 2016

Víptimas del exceso


fotografía | Telecinco

Son tantos años de televisión sin filtros que una gran masa de espectadores se ha aficionado del todo a contenidos que transitan de lo vulgar a lo surrealista. Especialmente cuando hablamos de realitys y su concepción por parte de Mediaset. Nunca hablaré de televisión basura porque, como profesional, reconozco el trabajo de compañeros que se esfuerzan por sacar adelante el más inverosímil de los encargos. Las facturas no esperan, ni entienden de share. Me cansa el fenómeno del arrastre entre programas, la retroalimentación de personajes (de dudoso nivel, en la mayoría de casos), la reiteración de formatos… Que lo próximo sea GH17, considero que dice bien poco de nuestro consumo televisivo. Admiro el formato por muchos motivos, pero creo que nuestra tele necesita respirar con otras propuestas. ¿La gente no se cansa? ¿Necesita ejercer ese voayerismo en bucle? Los perfiles que habitan cada año la mediática casa se vuelven más previsibles, las ansias de bolo y fama transpiran por cada poro de los concursantes, sedientos de encierro. Me llama la atención cómo los espectadores, el primero yo, caemos en esa necesidad de saber, hasta los detalles más íntimos, colándonos por la mirilla en HD y pulgadas infinitas. ¿Significa que tenemos vidas muy tristes y vacías al necesitar estas dosis de lo ajeno? Si es así, me doy pena.

Este preámbulo no es más que una reflexión de un éxito que se supera edición tras edición, con unas mentes capaces de retorcer mecánicas, introducir originales novedades y generar un punto de giro tras otro. Anoche concluyó su versión VIP, con Laura Matamoros como ganadora. Merecedora, en mi opinión, porque siendo una ‘hija de’ desconocida para el público, ha logrado ser auténtica. Malhablada, temperamental, emotiva, estratega, cotilla hasta el extremo, muy en la línea de su predecesora, Belén Esteban. Parece que representan a un modelo de mujeres hechas a sí mismas, que cuentan con el favor del público. Que arrebatara finalmente la victoria a Carlos Lozano así lo demuestra. El presentador estaba demasiado crecido, en Guadalix y más en plató. Pero se lleva un premio más gordo, programa asegurado en el grupo (dicen que podría ponerse al frente de ‘Granjero Busca Esposa’; tranquila Luján, que de ninguna manera te hará sombra) y, de paso, colocar a su pesada ex (adjetivo light). No me gustó el desarrollo de la final, porque siempre defenderé la visión purista de este despropósito multicámara. Ahora a los ‘inquilinos’ les desborda la información del exterior, provocando tramas y desestabilizando a estas cobayas ‘previopago’. Aún recuerdo a Ismael Beiro salir de la casa y llegar a la realidad, como una bofetada de aire muy pesado.

Lo de anoche, con grabación previa de la salida de la casa, me pareció una escenificación de un duelo pobre. El elemento hogar catódico se perdió en pro de ganar votos en los últimos minutos. Las palabras que se repartieron eran indignas de un prime time, de pésimo gusto y dignidad ¿VIP? Jordi González, como siempre, estuvo perfecto en su papel de mediador, con sus entonaciones dramáticas y ejerciendo de maestro de un circo indomable. Aun así, este año le he visto más blando, faltaron grandes dosis de su sarcasmo imprevisible. Con el plantel de Rosas Benitos, Raqueles Bollos, Pequeños Nicolases... ¡Canelita fina! La audiencia estaba asegurada, pero aún así la final ha tenido menor rendimiento que las tres anteriores, también conquistadas por mujeres poderosas. La joven sobrina de Mar Millonaria Flores es la presa del momento, ocupará minutos, páginas, pódiums de discotecas y protagonizará enfrentamientos, llenando las arcas propias y familiares, de su archienemiga casi mamá postiza, del supuesto hermanastro más corto que Marianico. Perezón máximo. Por suerte, el mando tiene más botones que nunca y quien quiera ser víptima de estas emisiones, que busque ayuda. O se descargue Tinder, en caso de soltería irresoluta.

#SÍ · El equipo de profesionales de Zeppelin, por aguantar lo indecidible de semejantes personajes y por su talento. No cualquiera logra sacar oro de un formato así. Me gustó, especialmente, la rueda de prensa de los finalistas con medios especializados en televisión. Aunque fuera un griterío y hubiera demasiados egos entre cuatro paredes.

#NO · El programa ha tolerado actos de violencia verbal y amagos de física que considero tendrían que haber penalizado. Eso es propio de un ¿Very? ¿Important? ¿Person?

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