fotografía | Telecinco
Son tantos años de televisión sin
filtros que una gran masa de espectadores se ha aficionado del todo a
contenidos que transitan de lo vulgar a lo surrealista. Especialmente cuando
hablamos de realitys y su concepción por parte de Mediaset. Nunca hablaré de
televisión basura porque, como profesional, reconozco el trabajo de compañeros
que se esfuerzan por sacar adelante el más inverosímil de los encargos. Las
facturas no esperan, ni entienden de share. Me cansa el fenómeno del arrastre
entre programas, la retroalimentación de personajes (de dudoso nivel, en la
mayoría de casos), la reiteración de formatos… Que lo próximo sea GH17,
considero que dice bien poco de nuestro consumo televisivo. Admiro el formato
por muchos motivos, pero creo que nuestra tele necesita respirar con otras
propuestas. ¿La gente no se cansa? ¿Necesita ejercer ese voayerismo en bucle?
Los perfiles que habitan cada año la mediática casa se vuelven más previsibles,
las ansias de bolo y fama transpiran por cada poro de los concursantes,
sedientos de encierro. Me llama la atención cómo los espectadores, el primero
yo, caemos en esa necesidad de saber, hasta los detalles más íntimos,
colándonos por la mirilla en HD y pulgadas infinitas. ¿Significa que tenemos
vidas muy tristes y vacías al necesitar estas dosis de lo ajeno? Si es así, me
doy pena.
Este preámbulo no es más que una reflexión de un éxito que se supera
edición tras edición, con unas mentes capaces de retorcer mecánicas, introducir
originales novedades y generar un punto de giro tras otro. Anoche concluyó su
versión VIP, con Laura Matamoros como ganadora. Merecedora, en mi opinión,
porque siendo una ‘hija de’ desconocida para el público, ha logrado ser
auténtica. Malhablada, temperamental, emotiva, estratega, cotilla hasta el
extremo, muy en la línea de su predecesora, Belén Esteban. Parece que
representan a un modelo de mujeres hechas a sí mismas, que cuentan con el favor
del público. Que arrebatara finalmente la victoria a Carlos Lozano así lo
demuestra. El presentador estaba demasiado crecido, en Guadalix y más en plató.
Pero se lleva un premio más gordo, programa asegurado en el grupo (dicen que
podría ponerse al frente de ‘Granjero Busca Esposa’; tranquila Luján, que de
ninguna manera te hará sombra) y, de paso, colocar a su pesada ex (adjetivo
light). No me gustó el desarrollo de la final, porque siempre defenderé la
visión purista de este despropósito multicámara. Ahora a los ‘inquilinos’ les
desborda la información del exterior, provocando tramas y desestabilizando a
estas cobayas ‘previopago’. Aún recuerdo a Ismael Beiro salir de la casa y
llegar a la realidad, como una bofetada de aire muy pesado.
Lo de anoche, con
grabación previa de la salida de la casa, me pareció una escenificación de un
duelo pobre. El elemento hogar catódico se perdió en pro de ganar votos en los
últimos minutos. Las palabras que se repartieron eran indignas de un prime
time, de pésimo gusto y dignidad ¿VIP? Jordi González, como siempre, estuvo
perfecto en su papel de mediador, con sus entonaciones dramáticas y ejerciendo
de maestro de un circo indomable. Aun así, este año le he visto más blando,
faltaron grandes dosis de su sarcasmo imprevisible. Con el plantel de Rosas
Benitos, Raqueles Bollos, Pequeños Nicolases... ¡Canelita fina! La audiencia estaba asegurada, pero aún así la final ha tenido menor rendimiento que las tres anteriores, también conquistadas por mujeres poderosas. La joven
sobrina de Mar Millonaria Flores es la presa del momento, ocupará minutos,
páginas, pódiums de discotecas y protagonizará enfrentamientos, llenando las
arcas propias y familiares, de su archienemiga casi mamá postiza, del supuesto
hermanastro más corto que Marianico. Perezón máximo. Por suerte, el mando tiene
más botones que nunca y quien quiera ser víptima de estas emisiones, que busque
ayuda. O se descargue Tinder, en caso de soltería irresoluta.
#SÍ · El equipo de profesionales
de Zeppelin, por aguantar lo indecidible de semejantes personajes y por su
talento. No cualquiera logra sacar oro de un formato así. Me gustó,
especialmente, la rueda de prensa de los finalistas con medios especializados
en televisión. Aunque fuera un griterío y hubiera demasiados egos entre cuatro
paredes.
#NO · El programa ha tolerado
actos de violencia verbal y amagos de física que considero tendrían que haber
penalizado. Eso es propio de un ¿Very? ¿Important? ¿Person?
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